Adiós al mal aliento por culpa del ajo
Todos sabemos que existen ciertos ingredientes, entre ellos el ajo, que pueden dejar un mal aliento cuando los consumimos, sobre todo si los tomamos en crudo. Tener una conversación con alguien después de haber comido ajo, puede ser un tanto incómodo, y muchas veces recurrimos a chicles o caramelos para disimular el olor.
No obstante, aunque el ajo pueda dejarnos un mal olor de boca, es un excelente alimento repleto de nutrientes que nuestro organismo necesita. Además, y como ya os hemos comentado alguna vez, es un potente anti-gripal y anticoagulante natural.
El ajo es considerado un superalimento debido también a su acción antibacteriana, así como por ayudar a aliviar el asma y la artritis, mejorar la metabolización y absorción de hierro, estimular la formación de glóbulos o ayudar a reducir la presión arterial.
Después de esta lista, podemos decir que el ajo es un alimento de lo más completo, y no es de extrañar que se considere un superalimento. Pero su olor…Es otra historia.
Sin embargo, existe una forma de comer ajo sin sufrir las consecuencias más ‘desagradables’ de esta joya culinaria: utilizar ajo negro.
Lo primero que debemos saber es que este alimento proviene de la fermentación en agua de mar del ajo normal, el cual se deja durante unos 3 meses aproximadamente a una temperatura especial hasta que adquiere ese color tan característico.
El ajo negro contiene una mayor cantidad de potasio y vitamina C, por lo que ayuda al sistema inmunitario, además aumenta nuestros niveles de colágeno. Otra de las grandes ventajas de este producto es que evita la acidez y ardor de estómago propios del ajo común.
Así que ya sabes, si quieres disfrutar del ajo pero este no te sienta especialmente bien, ¡pásate al jo negro!