¿De dónde viene la expresión “el que se pica, ajos come”?
Si hace alguna meses os hablamos de algunas expresiones en castellano con la palabra ajo y cebolla, hoy no será menos. Vamos a contaros de dónde viene la expresión “el que se pica, ajos come”.
¿Por qué come ajos el que se ofende o se siente aludido por una conversación ajena?
Parece ser que el origen de todo se remonta nada menos que al Renacimiento, a la obra de un estudioso toscano, Marsilio Ficino. En su obra “Tres libros sobre la vida”, en la que recoge consejos y buenos hábitos para la salud del estudio, el humanista italiano dedica unos párrafos a describir qué alimentos podían ayudar a combatir algunas dolencias o achaques.
Se ha comprobado después que algunas de estas recomendaciones eran acertadas desde el punto de vista científico. Por ejemplo cuando recomienda la naranja o el limón para el resfriado. Otros, en cambio, han resultado ser supersticiones y tradiciones sin fundamento, de las que Ficino deja constancia aun sin la imposibilidad de averiguar personalmente su eficacia.
Así, en el párrafo dedicado a la piel escribe: “Colui che soffre di pelle secca, la mela mangia, et colui che di prurito, l’aglio mangia” (“Quien sufre de piel seca, manzanas come y quien de picor, ajos come”), ya que parece que en la Florencia del siglo XV era común aplicar dientes de ajo en las zonas de piel irritadas.
La frase fue traducida de forma pobre en España a la llegada del tratado a finales del siglo XVI, transformándose en “el que se pica, ajos come”. Parece ser que se convirtió en una frase popular gracias a los estudiantes de medicina de la Universidad de Salamanca, que comenzaron a utilizarla de manera jocosa con el sentido que le damos hoy.