Disfruta el sabor de las cebollas deshidratadas
Seguro que más de una vez has acudido al supermercado a comprar cebolla en polvo o en escamas. Sin embargo, estas no siempre conserva el sabor auténtico debido a los aditivos; por ello, en la entrada de hoy queremos enseñaros a preparar cebollas deshidratadas para que no tengáis que volver a comprar botes de esta verdura.
Además de tener un producto natural en nuestra despensa preparado por nosotros mismos, el hecho de tener cebolla seca en casa nos da la ventaja de poder añadir este producto a nuestros guisos sin necesidad de pelar y cortar cebollas frescas.
A continuación os enseñamos a preparar cebollas deshidratas con la variedad de las mismas que más os apetezca, ya sea roja, blanca o de cualquier variedad.
La cantidad de cebolla a utilizar es al gusto, pues usaremos todas las cebollas que queramos. Deberemos pelarlas y cortarlas en trocitos cuadrados de aproximadamente medio cm de ancho, pues al secarse los trozos se harán mucho más pequeños.
Existen dos técnicas para deshidratar cebollas: secadas al sol o en el horno o deshidratador.
·Técnica de secado al sol: Se colocan los trozos de cebolla al aire libre y se cubren con un paño de tela o similar. Dejamos bien esparcidos los trozos y removemos unas dos o tres veces al día. Para esta técnica, lo mejor es hacerlo en verano, pues con 2 o 3 días tendríamos suficiente.
·En el horno o deshidratador.
Ponemos los trozos en la bandeja del horno o deshidratador y calentamos a 40-45º durante un día, removiendo cada 7 u 8 horas para que no se peguen y se sequen de forma homogénea por todos los lados.
Una vez deshidratadas (los trozos de cebolla deberían partirse al hacer presión sobre ellos), se puede conservar en un frasco de cristal tapado o hermético, incluso guardarlo en botes de especias reciclados que tengamos por casa.