Sopa de cebolla: Receta tradicional y reconfortante
La sopa de cebolla es una receta tradicional y reconfortante que ha ganado el corazón de muchos por su sabor profundo y su capacidad para calentar el alma en los días fríos. Originaria de Francia, esta sopa clásica es un ejemplo perfecto de cómo ingredientes simples pueden transformarse en un plato exquisito.
Para preparar una auténtica sopa de cebolla, comienza caramelizando cebollas en una sartén con mantequilla hasta que estén doradas y dulces. Este paso es crucial, ya que la caramelización desarrolla el sabor intenso y rico característico de la sopa. Una vez caramelizadas, añade un poco de harina para espesar y desglasa con vino blanco, lo que añade un toque de acidez que equilibra la dulzura de las cebollas.
Luego, incorpora caldo de res o de pollo y deja que la sopa hierva a fuego lento para que los sabores se mezclen y se intensifiquen. La sopa se sirve tradicionalmente con rebanadas de pan tostado y cubiertas con queso Gruyère derretido, gratinado hasta que esté burbujeante y dorado. Este toque final no solo añade una textura crujiente, sino también una capa de sabor que complementa maravillosamente la riqueza de la sopa.
La sopa de cebolla es más que un simple plato; es una experiencia culinaria que reconforta y nutre. Perfecta para una cena acogedora, esta receta clásica demuestra que con tiempo y cuidado, los ingredientes más humildes pueden convertirse en algo extraordinario.