El ciclo de vida de una cebolla
Las cebollas, tal y como las encontramos en el mercado, son plantas con un bulbo que han sido recogidas del campo en el momento perfecto. Ese momento no es un estado de madurez, sino una etapa intermedia del ciclo de vida de la planta.
Se recogen del campo para su consumo cuando la planta está teniendo un merecido momento de descanso para prepararse y generar reservas para poder continuar el ciclo.
El proceso de la vida completa de una cebolla es bianual y se divide en dos fases, una cada año.
En su primer año, desde otoño a verano, la semilla nace, se desarrolla la planta y se forma el bulbo o cebolla. En este punto es cuando la planta se toma su descanso, es un momento de reserva y conservación para poder sobrevivir y mantenerse durante todo el tiempo que le queda de vida. Y también es el momento en el que podemos recogerla del campo para consumirla directamente. Si la dejamos en la tierra, la planta brota y continúa su crecimiento, pasando a la segunda fase del ciclo.
En su segundo año, desde el siguiente otoño al siguiente verano, la cebolla se convierte en semilla. Después de brotar la cebolla y salir sus hojas, crecerán los vástagos florales y en ellos podremos encontrar las nuevas semillas, de las que crecerán nuevas plantas de cebollas gracias al viento que las esparcirá por la tierra.
Es estupendo cómo la especie se ha organizado con la naturaleza para darnos este excelente alimento.